Cuando Jerry Lewis murió por causa de insuficiencia cardiaca, también fue revelado que el icónico comediante sufría de la enfermedad vascular periférica, también conocida como EAP (o como PAD por sus siglas en inglés). La EAP, que ocurre a menudo en las personas que tienen problemas cardiacos, es una enfermedad que afecta las arterias de una persona – la mayoría de las veces los vasos sanguíneos que llevan sangre a las piernas. Es típicamente causada por el colesterol que se acumula en las arterias y crea una obstrucción.
Alrededor de 18 millones de personas en los Estados Unidos tienen EAP, según los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés). Es el tipo de enfermedad que causa ataques cardiacos cuando las arterias que suplen la sangre al corazón se obstruyen.
“La mayoría de las personas con EAP no tienen síntomas significativos, pero aun así, es un diagnóstico muy importante”, afirmó Ian Del Conde, M.D., un especialista cardiovascular en Miami Cardiac & Vascular Institute. “La EAP es un marcador para el riesgo cardiovascular. Cada persona diagnosticada con EAP debe ser manejada con la atención médica apropiada para prevenir los futuros ataques cardiacos e infartos cerebrales”.
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Cómo se diagnostica la enfermedad vascular periférica (EAP)
Cuando se trata de diagnosticar la EAP, el Dr. Del Conde dice que él usualmente tiene dos tipos de pacientes.
“Un pequeño grupo de pacientes tienen síntomas relacionados con las piernas, los cuales usualmente describen como cansancio o malestar, típicamente al caminar”, dijo él. “También vemos pacientes que han tenido dolores fuertes en las piernas junto con otros síntomas. Luego de una evaluación apropiada, hacemos el diagnóstico de EAP. La EAP que causa incomodidad en las piernas puede causar una disminución significativa en la capacidad de la persona de caminar y de funcionar adecuadamente. Esto tiene un gran impacto en su calidad de vida”.
La EAP se diagnostica inicialmente con un examen físico realizado por un especialista cardiovascular. Una prueba relativamente simple llamada índice tobillo-brazo (ITB), chequea el flujo de sangre al comparar la presión en los tobillos y en los brazos, explica el Dr. Del Conde.
“Si detectamos cualquier diferencia significativa en las dos lecturas de presión, el diagnóstico usualmente es de EAP”, dice él. “Normalmente, las presiones en el tobillo y en el brazo deben ser iguales en una persona sin EAP. En personas con EAP, existen obstrucciones en las arterias que llevan sangre a las piernas, y por eso se ve la diferencia en las dos lecturas”.
Síntomas de EAP
Los síntomas más comunes de la EAP que involucran a las extremidades inferiores son los calambres, el dolor o el cansancio en los músculos de las piernas o las caderas al caminar o al subir escaleras, según la American Heart Association. Típicamente, el dolor desaparece con el descanso y vuelve cuando la persona comienza a caminar de nuevo.
Porque mucha gente confunde los síntomas de EAP con otras cosas, muchas veces no se detecta ni se diagnostica, dice el Dr. Del Conde. Esto puede ser peligroso porque la EAP que no se detecta ni se trata puede conducir a la insuficiencia cardiaca o a la amputación debido a la pérdida completa del flujo sanguíneo a las piernas o a los pies.
Otros síntomas de EAP incluyen:
- Llagas que no sanan en los dedos de los pies, en los pies o en las piernas
- Debilidad, especialmente al moverse
- Inflamación en los pies o en los tobillos
- Piel brillosa en las piernas o en los pies
Factores de riesgo para la enfermedad vascular periférica
El Dr. Del Conde explica que la EAP es causada por los mismos factores de riesgo que causan la enfermedad cardiaca. El tabaquismo y la diabetes son quizás los dos factores de riesgo más importantes, dice él. El colesterol alto, la presión alta, una condición cardiaca existente y pertenecer al sexo masculino también son factores de riesgo importantes.
La enfermedad tiende a afectar a los hombres más que a las mujeres, y típicamente a los hombres de 60 y 70 años o mayores. Los estimados sugieren que entre un 12 y un 20 por ciento de las personas mayores de 60 años en los EE.UU. viven con EAP, según los CDC.
El Dr. Del Conde dice que mientras más personas estén conscientes de la EAP, menos personas sufrirán de esta. La American Heart Association resalta la enfermedad este mes, marcando el mes de septiembre como el mes de la enfermedad vascular periférica.
El tratamiento de la EAP
En sus primeras etapas, la EAP puede ser tratada con simples cambios de estilo de vida que incluyen el ejercicio regular, comer sanamente y dejar de fumar.
El Dr. Del Conde dice que los pacientes con EAP obtienen el máximo beneficio de tener un equipo de médicos que se especializan cada uno en un aspecto específico de la enfermedad. Esto se conoce entre los profesionales de atención de salud como un enfoque “multidisciplinario”.
“La primera modalidad de tratamiento es modificar u optimizar el riesgo cardiovascular de estos pacientes. Les recetamos tres medicamentos, todos para pacientes con EAP: aspirina, una estatina y un inhibidor de la IECA”, dijo el Dr. Del Conde. “Luego el equipo médico se enfoca en aliviar los síntomas en las piernas de los pacientes, para que mejore y se normalice su capacidad para caminar”.
Si la enfermedad progresa, los médicos tienden a ser más agresivos para reestablecer el flujo de sangre, según el Dr. Del Conde. Esto se hace a través de terapias por catéter realizadas por un radiólogo intervencionista o por medio de un baipás quirúrgico de las piernas, realizado por un cirujano vascular.
La terapia endovascular para la EAP es un procedimiento de mínima invasión durante el cual un catéter se inserta en una de las arterias – típicamente en la ingle – y a veces en la muñeca. El catéter se lleva hasta el sitio donde está el estrechamiento de la arteria. En ese momento, el Dr. Del Conde dice que existen muchas opciones distintas para abrir la arteria obstruida para permitir que fluya una cantidad de sangre normal tal como en la angioplastia y en los procedimientos de stents.
Ocasionalmente, el equipo médico ve pacientes con tanta disminución en su circulación que esto pone sus piernas en riesgo. Para estos pacientes cuya EAP no es tratable con terapias por catéter, los médicos optan por un baipás quirúrgico. Durante este procedimiento, un cirujano vascular desvía los vasos sanguíneos de las piernas o los brazos alrededor de los bloqueos para restaurar el flujo de sangre. La meta de este tratamiento también conocido como cirugía de baipás periférico, es la de evitar la amputación de las extremidades.
“En Miami Cardiac & Vascular Institute, tenemos un equipo de médicos altamente capacitados que se enfocan en terapias endovasculares y quirúrgicas y en todos los aspectos médicos de la EAP”, dijo él. “Los radiólogos intervencionistas, cirujanos vasculares y especialistas médicos trabajan en conjunto para ofrecer la mejor atención posible para pacientes con enfermedad vascular periférica”.
Viviendo con la enfermedad vascular periférica
Luego de un procedimiento endovascular, a casi todos los pacientes con EAP se les indica que mantengan una vida bastante activa. Los médicos a menudo recomiendan un programa de caminar, según el Dr. Del Conde. Este incluye instrucciones específicas por escrito sobre cómo caminar y cuánto caminar y esforzarse para mantener los vasos sanguíneos saludables. A los pacientes se les indica que caminen todos los días por un mínimo de 30 minutos. Si el paciente tiene dolor en las piernas se le indica que caminen hasta el punto en que sientan esos síntomas y que luego descansen. Entonces les pedimos que vuelvan a caminar, y que descansen de nuevo y continúen haciendo eso, dice el Dr. Conde.
“Las mejoras que vemos son dramáticas”, dijo él. “Estos pacientes mejoran su capacidad para caminar en sólo unas cuantas semanas de ejercicio”.
El Dr. Del Conde añade que las intervenciones y los tratamientos que restauran el flujo de sangre a las piernas no alteran los antecedentes inherentes de EAP de la persona.
“Estos pacientes aún están en riesgo para los eventos cardiovasculares tales como los ataques cardiacos o los infartos cerebrales, y por eso usualmente los mantenemos tomando medicamentos por bastante tiempo”, dijo él. “Además de no fumar, controlar el peso y los niveles de glucosa y mantenerse activos es la mejor manera de asegurar los mejores resultados”.
El Dr. Del Conde también aconseja a las personas saludables acerca de cómo evitar la EAP.
“Es crítico mantener un estilo de vida activo, y si tiene síntomas en sus piernas que están primordialmente presentes cuando está caminando o se está esforzando, consulte con su médico”, dijo él. “Además, su médico debe estar tomándole el pulso en los tobillos durante sus exámenes físicos de rutina”.
Fuente: Revista VidaSana